El Conocimiento: 2 - La Llama




Escrito II
EL CONOCIMIENTO


2- La Llama



Desperté en un mundo inundado por la Luz y al respirar sentí como ésta entraba y llenaba mis pulmones. Todo mi ser vibraba, cuanto más respiraba más vivo me sentía.
Miré al cielo. Un Sol, que no era uno sino tres, alumbrando en el cenit de su gloria; podía contemplarle, su Luz no deslumbraba.

Tuve hambre y escuché una Voz diciendo:
—¡Toma este alimento!
Nada vi a mi alrededor.
—¡Escucha!
Así lo hice. Comencé a percibir un sonido que parecía provenir de todas partes y de ninguna a la vez. Éste se hacía cada vez más intenso. Cerré mis ojos y percibí la Luz dentro y fuera de mí. Y el sonido fue mezclando las “dos” Luces hasta que se convirtieron en una sola. Dejé de sentir hambre y yo ya no era yo sino la Luz. No existían dentro ni fuera.

Todo a mi alrededor cambió en un instante, ya no había un Sol en su cúspide, sino que estaba en mí. ¡Era yo! Vi ante mí que aparecía una Luz intensa y una Voz procedente de ella me habló:
—Yo Soy el principio de Todo. Yo Soy la Madre y el Padre. Soy la Vacuidad. Sin Mí no eres nada, sin ti nada Soy.
—Yo Soy Tú como tú eres Yo. Aunque Me veas frente a ti, no creas lo que tus ojos ven, pues estoy dentro de ti. Es sólo una proyección de ti mismo para que creas, al igual que los mundos son tu reflejo y todo cuanto vive en ellos eres tú. Tu creación y tú sois uno. Sois el recipiente y el agua de Vida que la llena.
—Yo soy tu Espíritu y tú eres mi Cuerpo. Soy tu Cuerpo y tú mi Espíritu, no hay dos sino Uno, nada existe fuera del Uno. Y sin embargo necesitas vivir en la ilusión, en la dualidad, para encontrarme, para encontrarte, mas a partir de ahora vive sabiendo quién eres y quienes sois todos.
—Sois mi Cuerpo de Luz Infinita y Yo el Sonido que le alimenta por siempre.

Continuó diciendo:
—Aquellos que están cansados y agobiados encontrarán reposo en mi Palabra.
—No me busquéis fuera. Yo, vuestro Padre, estoy en cada uno de vosotros.
—Sólo has de escuchar. Concédeme un minuto de tu tiempo. Al principio dudarás, me negarás y por fin me sentirás, me verás en la naturaleza, en todo el espacio que te rodea, en los animales, en tus hermanas y hermanos…
—En ti nacerá una llama que nunca se apagará, pues es el regalo que os hice y es eterna como lo soy Yo, como lo eres Tú.
La Promesa de mi Hijo se cumplirá. Y mi Palabra se cumplirá.

—Él, está ya entre vosotros.
—Ahora ve y escribe cuanto has visto y oído.

La Voz enmudeció, la Luz que se encontraba frente a mí se aproximó y se fundió conmigo.
Un estallido se produjo, después la nada lo colmó todo.
Me encontré despertando en la cima del Monte Tabor. El Sol despuntaba en el horizonte.
Las campanas repicaron extendiendo su melodiosa canción por los confines de la Tierra.

Un intenso sentimiento de gozo brotaba en mí, mi corazón habló:
¡Gracias Padre, gracias Madre por este nuevo día!



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Ángel Khulman